Archive for agosto, 2013

19/08/2013

El descrecimiento en el consumo privado, en el gasto público, es inevitable

El descrecimiento económico, en el consumo privado, en el gasto público, es inevitable para encarar la salida de la actual crisis global y compleja además de completa. Hemos vivido durante años falsamente en un crecimiento que parecía la panacea de todos los problemas. Nos habíamos engañado creyendo que solo el crecimiento constante nos podía proporcionar la felicidad, el trabajo, la economía mejorada. Ahora estamos en el pozo del descreimiento simplemente por que todo lo que sustentaba nuestros pensamientos sociales se ha hundido.

Como sociedad ya no creemos en los bancos, en los gobiernos, en la iglesia, en la familia, en el trabajo, en el consumo, en los medios de comunicación, en el esfuerzo. Todo está en duda y es lógico que para salir tangamos que reconfigurar muchas cosas.

No es posible trabajar como hace una década. No hay trabajo para todos. Y eso supone que el trabajo valga menos, tenga mucho menos valor.

No es posible consumir como antes y esto es una ventaja para salir de la actual situación. El mundo no puede soportar un consumo sin control en donde muchos más consumimos cada uno mucho más. Hay un punto de no retronó.

Ya no nos fiamos de los que gestionan la sociedad. Tenemos que soportarlos hasta que se invente “algo” nuevo. Pero la sociedad occidental está muy atenta a que pueda surgir un sistema social y económico nuevo. No sabemos de qué tipo.

Sabemos que nos siguen engañando y de momento nos dejamos, pero es cuestión de tiempo el que se reaccione.

La violencia no es la solución, pero sí lo es la responsabilidad,  las decisiones personales que busquen la calidad de vida, la organización celular, la información y sobre todo la formación.

Somos capaces de vivir mejor si queremos. Por mucho que todos esté montado para que no seamos capaces de querer.

15/08/2013

Aumentar la productividad de forma sencilla

tiempo producciónHay que encontrar la fórmula para mejorar nuestro tiempo productivo, sea laboral o personal, y para ello debemos analizar qué es lo que nos roba tiempo y qué debemos controlar mejor. A veces son detalles que no damos la debida importancia y que suponen una gran pérdida de tiempo y de calidad en nuestra producción diaria, sobre todo si somos un ando intermedio al que se le va a pedir soluciones, atención a clientes y personal del equipo, controles de calidad y productividad. Todo en uno.

 Veamos qué actividades nos pueden reducir el tiempo productivo si no sabemos controlarlas bien:

 • Las interrupciones, muchas veces de unos pocos segundos y que no valoramos como negativas pero que nos supone perder la atención en lo que estamos haciendo y tener que volver al punto de partida a veces dejando por el camino atenciones imprescindibles.

 • El desorden. Es fundamental tener todo en orden, no tanto (aunque para la imagen de cada uno se importante) con un orden común como con un orden donde el responsable sepa en todo momento donde se encuentra el dato, el papel, la consigna, el documento, la importante y lo urgente. No es posible ser desorganizado.

 • La información inadecuada, es un lastre. Todo lo que no vale, lo que sea negativo, debe desaparecer. Si queremos guardarlo debe hacerse en un contenedor (digital o físico) que sea precisamente eso; “lugar de desechos”.

 • La información imprecisa o demorada, se pierde o no tiene valor. Todo lo que se conserve debe estar completo. Es posible que unas palabras sepan dirigirnos a una idea… hoy. ¿Pero mañana entenderemos igual esas palabras inconexas que pusimos apuntadas mal y pronto en una nota?

 • Los viajes no siempre son necesarios. Sean internos o externos. Hoy es posible resolver y hablar sin movernos de la mesa. Sin duda la presencia es fundamental, pero más lo es si la sabemos dosificar.

 • Hay que huir de los informes y papeleos de escaso interés, y dar más interés a los informes necesarios. Ni todos son igual ni debemos crecer hacia el infinito. Pocos y buenos.

• Hay que evitar las visitas descontroladas, las imprevistas, las que no tengan un tiempo tasado. Todas las visitas, realizadas o recibidas, deben servir para algo. Y si es posible tomar nota para que no se nos olvide lo tratado, acordado, suspendido o malinterpretado.

• El teléfono es a veces un gran enemigo. Quien llama por teléfono entra por delante de quien está de forma presencial; no conoce en qué momento molesta; no sabe distinguir si en ese momento es más importante lo que haces que lo que te plantea el teléfono. Hay que restar valor al teléfono. Queda muy mal delante de un cliente que se atienda a otro que llama por teléfono, dejando lo suyo cortado.

11/08/2013

No hay trabajo para todos; esto es imparable y hay que defenderse

favelas Sao-pauloEl trabajo cada vez vale menos. Hoy lo repite Santiago Niño Becerra, nosotros lo hemos apuntado en algunas ocasiones, simplemente observando la realidad vemos que desgraciadamente (o por suerte para algunos) es cierto.

Es decir, durante siglos las personas han podido vivir de su trabajo, se les pagaba para que pudieran alimentarse, formar un hogar y tener un poco de ocio; siempre a cambio de su trabajo. Los “dueños” no querían que sus esclavos se murieran, preferían que tuvieran muchos hijos para alimentar su mano de beneficios y además habían encontrado el truco de que si descansaban de vez en cuando, resultaban más dóciles y productivos.

Pero ahora, en la entrada del siglo XXI, el trabajo ya no garantiza la supervivencia, no sirve para cumplir su papel esencial de intercambio vital. Yo entrego mi trabajo y “el sistema” me entrega dinero para vivir con arreglo a las normas de cada siglo.

Cada día es necesario menos mano de obra, menos trabajo. Eso hace que se devalúe su importancia y el precio que se entrega por el mismo. Pero las personas necesitamos seguir viviendo.

Perdido el valor del trabajo como intercambio vital, la sociedad busca sustitutos. Surgen nuevas maneras de ganar dinero intercambiando no PRODUCCIÓN sino servicios, no TRABAJO sino entretenimiento, no TIEMPO sino especulación y técnicas de laboratorio. Se paga (y se cobra) por aparecer en televisión, por ayudar a otros a sobrevivir, por mover el dinero que NO tenemos, por ser más listos que los que nos rodean.

En breve no nos importará nada que los sueldos bajen, simplemente por que los sueldos los pondremos nosotros. Los que no tengan capacidad de poner los sueldos simplemente se comportarán como ya se comportan en otras sociedades que aparecen como ejemplos a seguir. Pongamos que Brasil es el ejemplo.

Se `puede tener una vivienda de 1.300 metros en una urbanización cerrada y custodiada con personal que usa fusiles, mientras desde la terraza con piscina observas las favelas sin desagües.

A ninguna de las dos partes sociales les importa nada que los sueldos bajen, que no haya derechos laborales. A ninguna.

Ninguna de ellas depende ni de sueldos ni de normas laborales ni de convenios colectivos. Ninguna tiene salario mínimo ni saben lo que son los sindicatos. Ninguna de estas partes sociales cree en la democracia; unos nunca la han podido valorar y otros se cuidan muy bien de que nunca sea un sistema de gestión contra ellos.

A ambas partes les importa un pito que el trabajo valga cada vez menos. Unos nunca lo han tenido. Otros han aprendido a ser riquísimos a costa de destruir las clases medias.

08/08/2013

España no tiene futuro. Lo estamos rompiendo

España está que no se conoce así misma, caminando hacia el fascismo o el comunismo. Ya iremos viendo hacia qué lodazal nos acercamos más.Pero nos estamos escapando de la lógica social.

Tras las recomendaciones del FMI vinieron las de la CEE, para que pudieran entrar sin mucho dolor las de hoy de la CEOE, es decir los empresarios españoles. No pienso enumerarlas (no sé si podré aguantarme); como bueno lectores buscarlas si tenéis morbo y ganicas de aguantar la lectura. Son duras.

De esta crisis saldremos muy mal, insistimos como voceros de un país sin Norte en plantear soluciones que nos llevan a un desastre social y parecemos no darnos cuenta de ello. No se trata de buscar soluciones a los problemas (que sí y con urgencia), es que también hay que ir descartando algunas soluciones milagreras, pues nos llevan a otro problema tan grave o más que la actual crisis.

El esclavismo se acabó, en un mundo globalizado ya no es posible navegar con leyes distintas según fronteras inexistentes, no es posible sobrevivir en países en donde las realidades económicas o laborales sean muy distintas que las de sus vecinos de 100 km de distancia o de dos horas de tren. El empresario que piense que por permitir hacerle un 30% de horas extraordinarias se va a salvar España que lo diga sin reírse y creyéndoselo. Quien crea que la solución pasa por que algunos trabajadores, ya quedan pocos, puedan perder su contrato de tiempo completo para convertirlo en un contrato parcial, que se recicle en una Universidad.

¿Quién se sorprende que hoy los catalanes y mañana vete a saber tú qué otro territorio de España desee dejar de ser español? Si lo que ofrecemos es la miseria y el ejemplo de mercados laborales sin derechos, todos desearemos escapar de España.

España no se merece estos milagros (y milagreros esclavistas) como soluciones de urgencia. Pues al final se convertirán en armas arrojadizas. El próximo gobierno tiene tajo. El de dentro de dos años.

Si es de derechas económicas para seguir dando cera a sus amigos empresarios sin formación.

Si es de extrema derecha para tomar medidas nuevas que asustarán a todos.

Si es de izquierdas de verdad para edificar una solución diferente y derogar decenas de leyes caducas y de otro siglo.

No, efectivamente, no creo que sea posible que gobierne un grupo de izquierdas de mentira. Está descabezado y sin ideas. Vamos, en estado de coma. Bueno, me equivoco; de punto y coma o de punto y final.