La mini reforma fiscal que nos propone el gobierno del PP para el 2015 y 2016 es un intento de parecer una rebaja de impuestos y no ser ni una cosa ni la contraria, de querer contentar a los españoles tomando el pulso y el impulso de un momento que ellos consideran bueno para dar un salto de popularidad de cara a las elecciones del año 2015. Humo simplemente.
Bajarán los impuestos de las grandes fortunas, bajarán también los de las personas que menos sueldo ganan pero subirán los de las clases medias, lo que colocará más o menos en neutro la rebaja total, que dicen ser por la subida que ellos mismos hicieron cuando llegaron al gobierno, aunque se olvidan de decir que ni es lo progresista que se necesita ni afecta a la mitad tan siquiera de aquella subida.Para que nos hagamos una idea más clara, la reforma fiscal que ha aprobado el Gobierno ahorrará en el año 2015 unos 12 euros al mes para las rentas de hasta 12.000 euros anuales; unos 22 euros para quien declare sobre los 20.000 euros brutos anuales; mientras que logrará unos ahorros de unos 270 euros a quienes coticen por encima de los 150.000 euros. Esto es todo menos progresista. O lo que es peor. Sí es progresiva la reforma pero los beneficiados son los de hacia arriba y no los de abajo.
No lucha tampoco mejor contra el enorme fraude fiscal y no hace caso tampoco ni a los informes de los expertos que hicieron unos documentos de análisis con muchas recomendaciones que ahora no se tienen en cuenta, ni a Europa que no admite que haya menos ingresos.
No parece tampoco compatible una rebaja no progresiva con no tener los mismos ingresos finales. De algún lugar deberán aumentar otros impuestos o es mentira que bajan los del trabajo. Sí bajan en cambio los impuestos sobre los ingresos por intereses del capital y los de beneficios de las empresas. ¿A quien beneficias estas bajadas?
¡Se debe vivir mejor! 
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