El profesor Rubalcaba deja la dura política de elefantes

El día comenzaba con el abandono de Alfredo Pérez Rubalcaba como político de primer nivel hasta el profesorado. También los fontaneros pueden ser buenos profesores de química ¿no? Los medios de comunicación y los contrincantes políticos son unos benditos y todos aplauden con el mensaje añadido de que ha sido un gran político con mala suerte en sus tiempos. Joder con las bendiciones a los muertos.

Rubalcaba ha sido un gran político pero que ha jugado excelentemente a lo que ha jugado, obedeciendo y haciendo bien su trabajo de «escondido», pero nunca debería haber tomado el abandono de Zapatero como su oportunidad política para saltar. Primer error. Y tras el hundimiento esperado y ya quemado en aras del partido, debería haber asumido las consecuencias del abandono sin dejar pasar los meses -cuando no los años- en busca de que tal vez algún cadáver enemigo pasara por delante de su palacio de invierno.

Los perdedores pueden parecer ganadores con mala suerte, pero solo si son capaces de encontrar el recambio con acierto. Rubalcaba no ha sido capaz de esto último y tras ver el crecimiento del resto de opciones a su izquierda se ha dado cuenta que todo lo que toque con su dedo lo puede estigmatizar y convertirlo en estatua de sal. Así que ni buscar un recambio amigo puede hacer.

Ahora Rubalcaba se debe ir con los elefantes viejos a bramar en tertulias por aquellos tiempos acabados, aunque creo que hablará poco. Todo llega, también el final. Y en su caso recordar que efectivamente: si él hablara temblarían las piedras. Es la ventaja o desventaja de ser tantos años fontanero.

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