Posts tagged ‘inversores’

21/07/2012

Mariano Rajoy se quiere ir a su casa a esconderse

Nos avisan de que tras Valencia, podrçia ser que Cataluña, Castilla-La Mancha, Murcia, Baleares, Canarias y Andalucía van a pedir rescate al gobierno de España, que está en unas condiciones como para rescatar a nadie, pues producimos pena y tristeza. Esto es un sin vivir para Rajoy, que ya no sabe donde esconderse.

—¡Si lo sé, no vengo!— se dice en silencio mirándose al espejo como le crecen las canas. Pero fue llegar al gobierno y las bacterias le han ido creciendo para jodernos a todos, que sumado a su nula capacidad para ser político maquiavélico nos está colocando al  borde del abismo. ¿A quien se le ocurre anunciar el rescate de Valencia, un viernes al mediodía, con la Bolsa abierta y la prima de riesgo en plena ebullición? Se espera unas pocas horas, se lo dice a los tiburones a las 19 horas, y nos hubiéramos salvado del susto de fin de semana.

Todavía lo mejor es estar contentos por tener la prima en 612 puntos, pues Grecia lo tiene peor. Llegaremos a añorar esos 612 puntos en algún momento, a poco que sigamos tomando medidas que solo sirven para poner nerviosos a los inversores tiburones. Es que no tenemos ninguna capacidad de trasmitir tranquilidad, oiga, y así no se puede. El miedo, lo decíamos en otro blog hace más de 4 años, es la peor medicina para una crisis que entonces no veía ni Zapatero.

Realmente Zapatero sí que la veía y la sabía medir, pero pensó (como yo) que había que tranquilizar, que el miedo era jodido, y que tal vez con cuatro medidas mal realizadas saldríamos de esta. Luego los tiburones nos han demostrado que no, que estábamos muy jodidos y más que nos están poniendo ellos, que no confían en España ni para tomar el sol y que lo mejor es que nos vayamos acostumbrando a ser (casi) africanos otra vez. Europa nos pilla muy lejos y no nos quieren en la misma medida que EEUU no quiere a nadie por debajo de Texas. Contra eso no hay Rajoy que se resista.

12/05/2012

Llega el «Domingo de Respiro financiero» a España, en una semana abismal

Esta semana todavía no terminada —qué largas se hacen las semanas cuando los miedos atenazan—, hemos estado financieramente a un paso del abismo financiero en España, por culpa de olvidos, de amiguetes viejos, de acciones tapadas y escondidas entre auditorías no entregadas por miedo y respeto a la verdad, revueltos entre bancos malos y bancos peores. La solución todavía no ha llegado —y no sabemos si somos capaces de esperarla o nos la tendrán que imponer por las malas— pero hemos de reconocer que España sobre todo, tiene una gran sociedad para estos casos —para otros no, lo siento— y su tranquilidad y sosiego es un activo para el país. Mi gran duda es si la calma de la sociedad española ante estos asuntos es producto de la reflexión o del desconocimiento.

Las medidas de ayer del Consejo de Ministros de Mariano Rajoy creo que van por el buen camino, pero se quedan muy cortas y timoratas. Si tuvo los arrestos desmedidos el PP cuando hizo la reforma laboral, que por cierto no va a servir para nada, ¿por qué en cambio le ha entrado el miedo a (y por) los amigos, cuando ha tenido que hacer una reforma financiera que se ha quedado corta? Y lo malo en este tipo de medidas escasas, es que los mercados son unos cabezones y exigen rectificaciones y contra medidas a poco que cambien el aire o aumente el miedo. Los inversores —extranjeros sobre todo— se empeñan en asegurarse el cobro, por encima de todas las demás variables posibles. La gran duda es de donde vamos a sacar tanta pasta gansa como necesitamos para poner orden en este barullo crediticio malo. Pensar que bajando los impuestos a la venta de viviendas ayudará a su cambio por dinero del de verdad es una acción de buena gente pero de desconocimiento de la situación. La sociedad española no tiene dinero, tendrá que seguir viviendo a crédito muchos años y ahora no están los bancos por entregar billetes, pues necesitan ellos todos y algunos más.

Y los precios siguen en posiciones absurdas, sobre todo en la viviendas que no se quieren vender. No es de recibo seguir con apartamentos de costa en más de 200.000 euros, propiedad en muchos casos de inversores, bancos o especuladores, que engañan un mercado que debe rectificar con urgencia sus precios si desea reactivarse. Quedaría la opción de vender paquetes inmobiliarios a grupos extranjeros, que se está intentando pero a costa de unos precios que para sí desearían los posibles clientes españoles. Si sales al mercado exterior con los activos inmobiliarios, ellos te marcan el precio y saben muy bien cuanto vale en realidad cada ladrillo español.