Posts tagged ‘mariano rajoy’

11/07/2012

España ha perdido y los españoles más todavía

Las reformas de Mariano Rajoy de julio de 2012 (más las de los anteriores meses) se van sumando a las que ya hizo Zapatero en 2010 hasta convertir nuestra forma de entender la sociedad en otra diferente. La crisis económica nos está atacando en lo más íntimo, mientras seguimos en gran medida mirando hacia otro lado, sin pensar que esto SÍ nos va a afectar a nosotros, al YO.

Empezaremos a cambiar (todos y no solo los desempleados o los nuevos pobres) a partir de septiembre, siempre tras las vacaciones festivas. Nos cuesta mucho cambiar, no tenemos cintura para darnos cuanta antes de los problemas que luego nos inundan hasta dejarnos sin aliento.

La política nunca ha estado tan mal vista en los últimos 35 años, y tardará muchos otros hasta recuperarse. Si preguntáramos a los ciudadanos de la calle sobre la reducción del 30% de los concejales la inmensa mayoría diría que es poco, que se queda corto. No saben a qué se dedican de verdad los concejales, pero desearían que no existieran.

El gran error de las reformas sociales que a veces toca hacer en periodos de crisis grave, es que no se saben explicar, se hacen a espaldas de la educación y la pedagogía y se odian o se ven inútiles. No se aceptan y así es imposible salir adelante. Faltan líderes capaces de convencer, y de hacerlo, tan seguros estamos del monstruo de la política, que pensaríamos que nos están engañando en sus intentos por convencernos. Y esto es MUY grave. Solo saldremos estamos más juntos en un equipo y trabajando más por tirar con fuerza y reformar lo que a cada uno nos toca reformar. Pensar que con reformas políticas desde el gobierno es suficiente es otro gran error. Tú y o también tenemos que reformar. Reformar nuestra forma de consumir, de endeudarnos, de trabajar, de exigir, de participar, de formarnos más y mejor, de volver a exigir otra vez más, de creer, de volver a participar, de volver a trabajar más por menos. Sí, efectivamente, muy duro.

Y otro gran error es no buscar culpables de todo tipo y mostrarlos a la sociedad. Necesitamos culpables pues somos animales humanos. Necesitamos ver que esto es responsabilidad de alguien, ver los errores cometidos y que se castigan. Saberlos para evitarlos. Somos una sociedad educada en la culpabilidad y por ello hay que buscar culpables de verdad, de los de sentar en banquillos, de los de castigar. Tristemente tal vez, necesitamos señalar con el dedo quien es el responsable y evitar con ejemplos que vuelva a suceder.

Si estas medidas de Rajoy no funcionan lo que se espera de ellos, tendremos otras. Ya lo dijo Marx. Si, Gaucho Marx.

01/04/2012

España debe defenderse ante Europa o perderá su independencia

El viernes se presentaron en España los Presupuestos para el año 2012 con muy serios recortes en todos los departamentos, quedando claro que la situación de España es mucho más complicada de lo que se nos dice, de lo que imaginamos muchos de nosotros que todavía nos creemos que la crisis es algo inventado por los políticos de turno.

No sabemos si son ataques directos a nuestra economía, ataques dirigidos a toda Europa en el campo económico español, si son solo las malas gestiones económicas tanto públicas como privadas de los españoles, si es un cambio claro de los métodos de guerra mundial para posicionarse en el mundo no a costa de bombarderos sino a costa de controles económicos de las sociedad. Pero lo cierto es que España está sufriendo como ningún otro país una situación muy delicada. No hablo de Grecia o de Portugal, pues casi me atrevería a decir que ya no son países independientes y su tamaño no es comparable al de España.

¿Qué se busca con esta situación tan crítica? ¿por qué se centra España exclusivamente en el déficit y no prestamos suma atención a tener 5 millones de personas paradas durante excesivos años cuando es un grave problema social?

Yo no creo en la mala fe del PP, ni antes en la del PSOE. En la de Rajoy o de Zapatero, para castigar a los trabajadores, para olvidarse de los parados, para asumir que los mejores españoles se estén escapando de España. No es posible que la única solución a una crisis económica sea obedecer ciegamente a Alemania y Francia por tener una deuda más o menos asumible y que era lógica hace solo 2/3 años. Algo más hay escondido y aunque se intuya, no se quiere decir con claridad. Por eso incluso, creo que Mariano Rajoy no está dando la cara, hablando a todos los españoles de sus medidas drásticas. Simplemente no quiere mentirnos. Más.

Si el futuro de Europa pasa por que sus sociedades sean como las chinas, indias o tailandesas, con los mismos derechos laborales, las mismas posibilidades económicas, las mismas justicias, el mismo tipo de democracias, se nos debe decir. Y no es ninguna barbaridad señalar esto, pues algunos dirigentes populares lo han señalado como el futuro de España y de los países del Mediterráneo. Es muy posible que estamos asistiendo a un cambio de sistema, pero no como desearíamos, a una transformación del capitalismo hacia otra posibilidad económica y social, sino más bien a un cambio de cartas en el panorama internacional, en donde unos países caerán boca abajo y otros países se pondrán cara arriba. Los que simplemente estemos mirando, nos quedaremos con las migajas sucias y usadas de toda la nueva realidad mundial.

España ya no es independiente del mundo, menos de Europa, pero menos todavía de sus prestamistas. Como no lo es la persona que debe a un banco 300.000 euros de hipoteca y ha sido despedido de su trabajo. Ni España ni esa persona ha elegido el despido económico de su situación futura; pero provocado o no por poderes que se le escapan del control, lo cierto que ambos, España y este hipotecado ciudadano, están en manos de los que le prestaron el dinero. No les importa tanto recuperarlo —que también— como apoderarse de su libertad para si es posible lograr que se les devuelva lo prestado, más “el hogar” y dejarles con una deuda de muchos años para que no levanten cabeza. Es la mejor y más sencilla manera de apoderarse de los territorios sin disparar un escupitajo envenenado a la cara de nadie.