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Nunca hubiera hablado de este programa si estuviera vivo, lo había visto varias veces y no me encajaba en mi forma de entender la información.Pero ahora está muerto y llega la hora de los responsos.
Era un programa original, desenfadado hasta el odio, con personalidad muy marcada, un buen producto de márketing que servía de alimento a muchos otros programas. Era en fin, un excelente programa lleno de basura, pero dada su audiencia en estos años, era la moda.
He leído diferentes comentarios sobre presiones extremas (de un extremo) que me parecen ridículas y peligrosas. No creo que haya desaparecido por llamadas telefónicas del más alla, sería darle una importancia que tampoco se merece. Y sería aceptar que la falta de libertad en este país está tocando peligrosamente la fibra y de manera escondida. Se ha ido porque a los tontos que mandan no le cuadran los números de share y no saben valorar el nuevo mercado de la comunicación que está ya aquí.
Hay ya muchas cadenas de TV y muchos y diferentes programas donde elegir. Tener un 20% es un milagro y hay que prepararse para lo peor.
Y lo peor es que la calidad de la TV va a caer en picado. Recordaremos con nostalgia programas basura, como formas de entretenimiento que no existirán en breve, porque los presupuestos no van a dar para muchas alharacas. No siempre el más es mejor, pero en este caso el más es inevitable. Necesitamos ir acostumbrándonos a una TV temática, a una TV sin tantos anuncios, a una TV más pobre pero más cercana, a una TV más lenta y repetitiva.
De momento el «tomate» cierra pero antes se han dedicado muy bien de atar a los presentadores para evitar que se vayan con su «tomate o su pepino» a otra cadena. Una cosa es que en casa de uno no interesen y otra muy distinta que encimas se vayan a la casa del vecino a joder.
¡Se debe vivir mejor! 